A lo largo de los siglos, la lucha feminista ha ido desarrollando teorías y conquistando derechos, logrando mejorar la situación de la mujer en la sociedad. No obstante, el movimiento feminista no toma consciencia de sí mismo hasta la Revolución Francesa, en el que mujeres como Mary Wollstonecraft lucharon por conseguir las mismas libertades que los hombres y la igualdad jurídica. Este proceso es conocido como la primera ola del feminismo, que se desarrolló entre los siglos XVIII y XIX. Desde la mitad del s. XIX hasta principios del s.XX, En Inglaterra y Estados Unidos tiene lugar la segunda ola, en la que se reivindicaba el sufragio universal y las mismas condiciones laborales que los varones. A partir de mitad del s. XX hasta la actualidad se ha desarrollado la tercera ola, caracterizada por el análisis del patriarcado y demanda de la igualdad de género. En este tercer movimiento surgen distintas corrientes muy diversas y aparecen nuevos campos de batalla como el ciberespacio.
A finales de la década de los ochenta empiezan a tomar forma las teorías ciberfeministas. Concretamente, la publicación de El manifiesto Cyborg (1985) de Donna Haraway, plantea una nueva concepción del feminismo aplicándolo a las TIC, ya que, desde su punto de vista, hacen posible un mundo sin géneros, donde todos seamos híbridos, “cyborgs”.
En los noventa, surgen organizaciones ciberfeministas, muy vinculadas al mundo del arte como VNS Marix (1991), con su transgresor Manifiesto de la zorra mutante, o Old Boys Network, con una línea más moderada, que elaboraron las 100 Antítesis (1997), en las que proclamaban lo que no era el ciberfeminismo. Pese a las peculiaridades de cada una, tenían un principio común: las visión TIC como espacio abierto a múltiples discursos, capaz de transformar las desigualdades sociales y ayudar al empoderamiento de la mujer. Su interés en el ciberespacio se debe al hecho de ser un entorno por explorar, que supera las fronteras de lo corporal y diluye las barreras entre cuerpo-mente, hombre-mujer, naturaleza-máquina, etc.
Pero, si bien es cierto que las TIC, y concretamente Internet, son un altavoz para la pluralidad de voces y tienen un gran poder para transformar la sociedad, no hay que olvidar que también pueden perpetuar prejuicios existentes. En otras palabras, muchas veces sirve para reforzar el status quo, más que para originar un cambio. El ciberespacio es en parte un reflejo del mundo real, y por tanto lo es de los aspectos positivos y negativos. La utilización del cuerpo femenino como objeto sexual, los abusos sexuales en el mundo de la pornografía o los movimientos anti-femistas como Woman Against Feminism, nos indican que no siempre es el lugar soñado por las feministas.
La libertad de expresión es la mayor virtud de Internet, aunque esto supone dar voz a aquellos que se oponen a derechos tan básicos como la igualdad entre hombres y mujeres. Sin embargo muchas veces, los usuarios, consciente o inconscientemente, contribuyen a difundir mensajes sexistas, por ejemplo al compartir chistes machistas o difundir ideas equivocadas sobre lo que representa el feminismo. Asimismo, esto es solo una parte de todo lo que podemos hallar en la red. Existen multitud de webs de temática ciberfeminista como SubRosa, WEbGrrls, Dolore’s Bullimic Breakfast, o la web de la organización FEMEN o de Old Boys Network que hacen una importante labor en la lucha por la igualdad.
En resumen, el hecho de que Internet sea un reflejo del sexismo de nuestra sociedad no impide que también pueda ser un instrumento clave para combatirlo, un antídoto contra la ignorancia y un medio para difundir aquellos mensajes que los medios de comunicación convencionales deciden no dar cobertura.
¿Creéis que las nuevas tecnologías son la mejor arma para combatir el machismo en nuestro siglo? ¿Conocéis alguna otra web feminista?¿Que pensáis sobre el tema?